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Es crucial avanzar a modernizar la infraestructura - El Nuevo Dia - Emilio Colon Zavala



Es de todos conocido que Puerto Rico tiene una infraestructura envejecida y en necesidad de ser modernizada. Ha sido calificada con D- por la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles. Por un lado, las plantas generatrices de energía eléctrica tienen más del doble de la edad útil recomendada. Su servicio no es confiable. Por otro lado, la AAA admite que pierde alrededor del 60% de su producción. Sobre la mitad de los puentes necesitan reparaciones estructurales. También nuestros puertos necesitan ser actualizados.


Las ayudas federales para la recuperación han significado el tener disponibles recursos sin precedentes para atender esta situación. Sin embargo, muchos de esos proyectos están aún pendientes de materializarse. A seis años y cuatro meses del paso del huracán María por Puerto Rico, 93% de los fondos han sido obligados, pero el 23% ha sido desembolsado. Este progreso va en línea con la recuperación luego del huracán Katrina en Nueva Orleans, que ha tomado cerca de 20 años, y la del huracán Andrew en Florida, que tomó más tiempo. No obstante, las comparaciones con otras recuperaciones no son suficientes a la hora de evaluar nuestras necesidades de recuperar una economía fuerte y sostenible.


Vimos una continuación de proyectos de reparación de carreteras a través de todo Puerto Rico. Tanto a nivel estatal como municipal, las mejoras a nuestras vías de rodaje han sido la señal más conspicua de la recuperación post desastres naturales. También, algunos proyectos de la AAA y de la AEE comenzaron su fase de ejecución.


Sin embargo, el año que está por terminar significó algunos cambios en nuestra infraestructura con implicaciones a largo plazo. Se ha proliferado la concesión de infraestructura a manos privadas con la expectativa que su operación y mantenimiento sea más eficiente.


Hace unos meses, se anunció la concesión de las autopistas PR-52, PR-53, PR-20 y PR-66 al consorcio conocido como PR Tollroads. Se busca con esta iniciativa el replicar la ya exitosa concesión de las autopistas PR-22 y PR-5. Ya se realizan las reparaciones urgentes que esas autopistas necesitan mientras se implanta un programa de mantenimiento.


Por otro lado, vimos la concesión de los activos de generación de la Autoridad de Energía Eléctrica a manos del consorcio conocido como Genera. El contrato supone la operación, mantenimiento y eventual retiro de las plantas generatrices de la Autoridad de Energía Eléctrica. Junto a las plantas temporeras generatrices financiadas por el Gobierno Federal, la intención era mitigar la insuficiencia en la capacidad de generación de energía creada por años de mantenimiento deficiente, facilidades que han excedido su vida útil y daños por desastres naturales. Es importante resolver el problema de los apagones. Se ha estimado que los llamados relevos de carga, sin hacer nada para remediarlos, cuestan alrededor de $700 mil millones a nuestra economía.


Estos tipos de concesiones no son nada nuevo y responden a tendencias mundiales que buscan integrar al sector privado en la ejecución de ciertos servicios públicos. Con esto, se busca generar eficiencias que redunden en mejores servicios. Claro está, sustituir un monopolio público ineficiente por uno privado no es una solución sostenible.

En cuanto al sector de energía, se ha visto la proliferación de generación solar a nivel residencial, superando los 77,000 sistemas este año. Esto se ha debido a distintos factores; costo elevado (Puerto Rico es la segunda jurisdicción en los Estados Unidos con energía más cara), falta de confiabilidad en el servicio, ayudas federales. Con los fondos otorgados por el Departamento de Energía Federal debemos ver un incremento acelerado en la adopción de sistemas solares residenciales.


Tratando de proyectar hacia el año que se avecina, hay que recalcar la necesidad de priorizar aquellos proyectos con mayor impacto a la economía. Esto significa los que estabilicen nuestra red de energía eléctrica. El costo y confiabilidad del servicio son es envíales para no solo atraer inversión a Puerto Rico, sino para mantener las facilidades aquí. Después de todo, si el 48% de nuestro producto interno bruto se debe a la manufactura por empresas multinacionales establecidas aquí, debe ser de la más alta prioridad mantenerlas aquí.


Por otro lado, se debe finalmente dar curso a proyectos de generación de energía eléctrica que vayan sustituyendo las plantas de la AEE que deben retirarse. De acuerdo con la Ley de Política Pública Energética de Puerto Rico, se supone que 100% de la generación de energía eléctrica sea de Fuentes renovables para el año 2050. Sin esos proyectos de generación a gran escala no se podrá cumplir con tal aspiración.


Esperamos ver que se encamine el dragado de los embalses de modo que se recupere parte de la capacidad de almacenamiento de agua perdida por el paso de los años. El único embalse que ha tenido un dragado de mantenimiento lo ha sido el del Lago Carraízo, eso ocurrió en el 1998 y ya está necesitado de otro. Lo importante no es hacer estos trabajos cuando se vuelven una crisis sin que es necesario implantar un programa de mantenimiento para que evitarla.


Para poder recuperar nuestra economía, ciertamente necesitamos una infraestructura moderna y confiable. Los costos energéticos, la disponibilidad de agua, el estado de las vías de rodaje y los puertos son criterios importantes a considerar por potenciales inversionistas. En el año que se avecina esperemos se encaminen los proyectos de infraestructura necesarios que logren reactivar nuestra economía más allá de la inyección de fondos federales y devuelvan confiabilidad a los servicios esenciales.


El autor es expresidente y Miembro de la Junta de Directores de la Asociación de Constructores de Puerto Rico.

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